Hoy
Llegué a Inmune, toco el portero eléctrico y mientras espero que me respondan otro tipo le toca el timbre al encargado, Don Luis, que le abre. Yo entro atrás del tipo y cuando llego a la sillita donde Don Luis se pasa el día, me dice
"Eeeh donde vás vos? tenés que tocar timbre! Tenés que esperar!"
Yo, que venía con el tolerador apagado, le contesto:
"Donde voy siempre! al 803! Desde hace dos meses!"
Y lo dejo ahí hablando.
Me doy cuenta que tiene 90 años, y claro, es normal que no se acuerde de muchas cosas, lo que no es normal es que trabaje de portero, pero bueh, el hecho es que debe tener sus cosas buenas tener fallas así en la memoria.
Por ejemplo, si te ponés a ver el canal Sony, ningún capítulo es repetido para vos.
Más tarde salí a almorzar, apoyé la gorra en el respaldo de la silla, comí mis albóndigas con puré y cuando me levanté me la olvidé. Pasaron un buen par de horas, digamos dos horas y media hasta que me di cuenta y la fui a buscar. Por suerte la morocha simpática que atiende ahí me la guardó. Me sentí un poco Don Luis en ese momento, ja.
Después me tomé el 60 para volver y tuve este diálogo con el chofer:
"Ochenta"- le digo yo, en un rapto de originalidad.
"Ochenta centavos?"- me pregunta. Se ve que lo sorprendí.
"Sí, ochenta centavos de peso, por favor"- cerré la conversación.
Qué divertidos somos todos, no?
Llegué a Inmune, toco el portero eléctrico y mientras espero que me respondan otro tipo le toca el timbre al encargado, Don Luis, que le abre. Yo entro atrás del tipo y cuando llego a la sillita donde Don Luis se pasa el día, me dice
"Eeeh donde vás vos? tenés que tocar timbre! Tenés que esperar!"
Yo, que venía con el tolerador apagado, le contesto:
"Donde voy siempre! al 803! Desde hace dos meses!"
Y lo dejo ahí hablando.
Me doy cuenta que tiene 90 años, y claro, es normal que no se acuerde de muchas cosas, lo que no es normal es que trabaje de portero, pero bueh, el hecho es que debe tener sus cosas buenas tener fallas así en la memoria.
Por ejemplo, si te ponés a ver el canal Sony, ningún capítulo es repetido para vos.
Más tarde salí a almorzar, apoyé la gorra en el respaldo de la silla, comí mis albóndigas con puré y cuando me levanté me la olvidé. Pasaron un buen par de horas, digamos dos horas y media hasta que me di cuenta y la fui a buscar. Por suerte la morocha simpática que atiende ahí me la guardó. Me sentí un poco Don Luis en ese momento, ja.
Después me tomé el 60 para volver y tuve este diálogo con el chofer:
"Ochenta"- le digo yo, en un rapto de originalidad.
"Ochenta centavos?"- me pregunta. Se ve que lo sorprendí.
"Sí, ochenta centavos de peso, por favor"- cerré la conversación.
Qué divertidos somos todos, no?
6 Comentarios:
y... pasa que es demasiado ambiciosa la frase "indique su destino al chofer"
Ochenta centavos de peso argentino convertibles de curso legal no tomará mucho tiempo de decir?
Sí, siempre reflexioné sobre eso de indique su destino al chofer, no me parece una mala manera de reafirmarse a uno mismo
"Mí destino es triunfar en Broadway, ochenta por favor".
ja ja ja! ¿por q se le dirà `destino`al lugar al q uno viaja? Es decir, si yo estoy eligiendo ir para allà, no es que mi destino sea mi destino...
decile a tu hermanito, el dueño del fotolog equipo_corazon que no se haga el piola que lo destripo
hoy te reconoció?
uf! lo que costó que entienda mi apellido la vez que fui...
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